Un Marco Teórico para su análisis
PARTE 1: LOS ENFOQUES
A pesar de lo ambicioso que pueda resultar este título, y que la intención en este Blog es la de explorar temas eminentemente prácticos, muchos de los ensayos que vamos a publicar acá ofrecerán puntos de vista radicalmente diferentes en cuanto a lo que es importante cuando se habla de vivienda. Esto nos exige buscar un “Marco Teórico” que por una parte permita armonizar algunos de sus conceptos y destacar los diferentes roles que tiene la vivienda en el desarrollo de una sociedad; y por la otra, que sirva como una invitación para que los lectores contribuyan con sus ideas a enriquecer el tratamiento de estos temas.
Quienes trabajan el concepto de la vivienda ya sea desde el sector público o el privado: planteando políticas o programas de vivienda; financiando proyectos; diseñándolos; construyéndolos o comercializándolos; y también cómo académicos y estudiosos del tema, todos, tienen ideas claras sobre los factores determinantes frente a preguntas como: ¿Por qué es tan importante la vivienda dentro de una sociedad? ¿Cuál es su rol en la economía? ¿Acaso existe un ‘problema’ de la vivienda? ¿Cómo debe ser la intervención del Estado en la solución de este ‘problema’? ¿Cuáles son los principales atributos que debe tener una vivienda? ¿Qué factores determinan el nivel de competitividad de un proyecto de vivienda en el mercado?, y otra serie de interrogantes que tienen mayor o menor relevancia dependiendo del papel que cada uno desempeña dentro del sector.
Respecto a los interrogantes planteados, las respuestas son en extremo variadas. En algunas ocasiones pueden parecer aparentemente contradictorias, pero a pesar de esto, casi todas tienen un respaldo ideológico o empírico importante. Parecería que más que encontrar opiniones enfrentadas sobre dichos temas, lo que hay, son pronunciamientos sobre aspectos específicos dentro de este inmenso conjunto de conceptos que constituye la problemática de la vivienda.
Por ejemplo, sobre el tema de la competitividad de un proyecto en el mercado, muchos piensan que el principal atributo es su ubicación, “Location Location Location” decía Harold Samuel, quién creó un verdadero mantra para los vendedores de Finca Raíz. Pero aún aceptando esta teoría, hay grandes diferencias entre lo que se considera o no una buena ubicación. Unos priorizan estar cerca de las fuentes de trabajo, otros en cambio consideran una buena ubicación la que le permite al usuario asociarse con cierto estilo de vida o con un determinado grupo social. Incluso hay quienes consideran que una buena ubicación está determinada por las visuales sobre el paisaje urbano o sobre los hitos específicos de un ciudad. Mientras que para otros, una buena ubicación es la que está lejos del ruido, de la contaminación y de la congestión.
También hay grandes divergencias entre quienes trabajan con políticas estatales de vivienda. Para algunos en este sector lo fundamental es la tenencia de la vivienda; no importa si se trata de un simple lote con servicios o de una construcción informal. Para otros lo importante son aquellos factores que permiten calificarla como ‘digna’, tales como su diseño, su área, el número de alcobas y otros espacios, los materiales con los que está construida, la densidad de su entorno, la disponibilidad de servicios públicos y la calidad del espacio urbano en el que se asienta.
Por otra parte, el sector de la vivienda, al igual que los de la salud, la educación y la justicia, tiene gran incidencia en la política pública de cualquier nación. En muchos países, el sector de la construcción es considerado como uno de los principales motores del crecimiento económico; tal vez el ejemplo más relevante al respecto es el formidable boom del sector de la construcción en China, impulsado por el Gobierno de Xi Jinping que ha llevado a su economía a depender en buena parte de la construcción residencial. Por esta razón, hay quienes ven la temática de la vivienda principalmente en términos de su contribución a la generación de empleo o al crecimiento del producto interno bruto. A su vez la importancia de la vivienda en la economía de un país incentiva la presencia de una serie de actores como empresarios, inversionistas y banqueros quienes ven en la vivienda una importante fuente de negocios. Por otra parte, esta misma importancia sumada al impacto social de la vivienda, la convierten en elemento fundamental de cualquier campaña electoral.
Además del valor que tiene la vivienda para las familias y su importancia como motor del crecimiento económico de una sociedad, las edificaciones para la vivienda son las principales células de ese gran tejido que constituye una ciudad. Por lo tanto, para proyectar y construir los elementos que alimentan y comunican dichas estructuras, como son las redes de infraestructura pública y privada, la red vial, los sistemas de transporte masivo; es indispensable estimar de antemano, dónde y cómo se van a establecer los futuros asentamientos de los diferentes grupos sociales urbanos, tanto en las áreas de nuevos desarrollos en la periferia de las ciudades, como en los procesos de renovación de las zonas urbanas ya consolidadas. Estas previsiones requieren de hipótesis sobre los criterios y las necesidades que llevan a los diferentes grupos sociales a ubicarse en sectores específicos de la ciudad, así como de las características, densidades y niveles de heterogeneidad de los futuros asentamientos.
Los ejemplos anteriores denotan solo algunos de los aspectos en los que existen opiniones muy diverso alrededor de lo que constituyen los ‘determinantes fundamentales’ en la problemática de la vivienda. Ahora bien, quienes han tenido la suerte de abordar estos temas desde la academia, el sector público o el privado, entienden que estos “determinantes fundamentales” varían radicalmente según condiciones específicas en cuanto a coyuntura económica, cultura, y condiciones del mercado; pero, sobre todo, en lo que corresponde a las características demográficas y socioeconómicas de los grupos sociales urbanos comprendidos.
Como se anotó anteriormente, este ensayo pretende identificar un marco teórico dentro del cual se puedan integrar y organizar buena parte de los múltiples argumentos que comúnmente se esgrimen cuando se habla de lo que es importante de una vivienda para un determinado tipo de hogar.
Para ‘armar’ un esquema de esta naturaleza partiremos de la base que cualquier decisión que una persona tome con respecto a su vivienda está determinada por dos factores: los que tienen que ver con lo que la persona busca y los que corresponden con los recursos que necesita movilizar para conseguirlo. Por esta razón este marco teórico contempla dos estructuras diferentes, pero interrelacionadas: (i) la motivacional (objeto de esta primera parte del ensayo) en la que analizamos los detonantes del comportamiento frente a las decisiones de los hogares; y (ii) la estructura de accesibilidad (que se presentará en la segunda parte del ensayo) en la que examinaremos el tipo y la cantidad de los recursos necesarios para acceder a una vivienda.
Debemos aclarar que este ensayo no tiene el rigor académico que se requiere para demostrar o probar un punto de vista en concreto. Es sencillamente, una hipótesis de trabajo con un enfoque holístico, que contempla diferentes perspectivas, con las que se obtiene una visión amplia y completa de lo que constituye la problemática de la vivienda.
PARTE 2: LA ESTRUCTURA MOTIVACIONAL
Partiendo de la base que una vivienda satisface una multiplicidad de necesidades del ser humano, en la medida en que representa: refugio y abrigo, seguridad, ahorro e inversión, expresión del estatus social, posibilidad de integrarse con determinados grupos urbanos, etcétera; este ensayo busca desarrollar un planteamiento que permita armonizar los diferentes roles que juega la vivienda en el desarrollo de una sociedad. Para lograrlo se suma a quienes encuentran en un campo totalmente diferente al del urbanismo, como es la teoría de la Estructura Motivacional de Abraham Maslow (un sicólogo norteamericano que participó activamente en la creación y el desarrollo de la llamada psicología humanística), una herramienta que permite acercarnos bastante al logro de este objetivo.
Para Maslow, la mayor parte de los deseos y necesidades de las personas son más un medio para lograr un fin, que un fin en sí mismo. Pero parecería que al final de esta cadena de deseos intermedios e interrelacionados hay un conjunto de unas pocas necesidades que no requieren de ninguna justificación y pueden ser consideradas como fines últimos o como Maslow lo definió: Necesidades Básicas. La naturaleza de dichas necesidades es instintiva; es decir, son propiedades estructurales del individuo y no se derivan de ningún proceso de aprendizaje, por lo tanto, tienen una característica universal y transcultural. Pero la forma específica de satisfacer cada una de estas Necesidades Básicas varía notablemente entre una cultura y otra, o entre los diferentes grupos sociales.
De acuerdo con Maslow, el primer grupo dentro de las Necesidades Básicas está constituido por las Necesidades Fisiológicas: hambre, sed; protección frente al clima; rechazo al dolor, en fin…
El segundo grupo está conformado por lo que él llama, las Necesidades de Seguridad: la seguridad física, la estabilidad, la dependencia, la protección y el amparo frente al miedo y el caos; así como la necesidad por orden y límites.
El tercero grupo de Necesidades Básicas son las Necesidades de Pertenencia y de Amor; donde se agrupan: la necesidad de hacer parte de una familia, de un grupo de amigos, de una clase social; la de tener un lazo emocional, de hermandad, de contacto y de intimidad, y por encima de todo la necesidad de sentir amor y afecto.
Las Necesidades de Estima constituyen el cuarto grupo, y son de dos tipos diferentes, por una parte, están las de logro, competencia, maestría y confianza; y por la otra, están las de reputación, prestigio, estatus, fama, reconocimiento y dignidad. Finalmente, el quinto y último grupo lo constituye lo que Maslow llama la Necesidad de Auto Realización, es decir la necesidad de hacer y ser lo que cada persona está en capacidad de hacer y ser. De este grupo hacen parte la necesidad de desarrollar la capacidad cognitiva de una persona, las necesidades estéticas y en general, todas aquellas que contribuyen al pleno desarrollo de la personalidad.
Pirámide de necesidades básicas de Maslow
Pero el aspecto más relevante de la teoría de Maslow en el contexto de este marco teórico no es tanto la ‘lista’ de Necesidades Básicas, como sí lo es su hipótesis sobre la forma en que la gratificación de estas necesidades se convierte en el motivador del comportamiento de la persona. Maslow asume la existencia de una jerarquía entre las necesidades básicas, que se organizan de acuerdo con el grado relativo de preponderancia como determinantes del comportamiento de los individuos. Por ejemplo, una necesidad X tiene un grado más alto que la Y en el caso en que para un individuo que no tenga resuelta ninguna de las dos, la primera se convierte en el elemento determinante del comportamiento. En casos extremos, si las necesidades X, Y o Z están todas insatisfechas y la X es la más prepotente entonces las restantes pueden resultar en un momento crítico prácticamente inexistentes.
En estos casos un determinado tipo de necesidades, no solo se convierte en el principal determinante del comportamiento del individuo, sino que su visión del futuro comienza a limitarse a la satisfacción de esa necesidad en particular; ya que, para Maslow, el individuo se motiva en forma integral y cuando está dominado por un conjunto de necesidades todas sus capacidades y facultades, así como los recursos de que dispone, tienden a dedicarse a la satisfacción de tales necesidades prioritarias
La segunda hipótesis fundamental en la teoría de Maslow se relaciona con el proceso de gratificación de dichas necesidades. Maslow asume que, para un que un grupo específico de necesidades surjan como la principal determinante del comportamiento de un individuo en un momento dado, todas las demás necesidades con mayor grado de preponderancia deben estar relativamente satisfechas. Es decir, que para que las más altas en la escala dominen el comportamiento, tienen que haberse satisfecho las más básicas.
En el campo experimental algunos autores han demostrado como individuos que tienen que afrontar una hambruna, no piensan en nada distinto que, en satisfacer el hambre, y que muchos de sus intereses más altos, que en otro momento pudieran condicionar su comportamiento, sucumben frente al hambre, siempre. Este mismo fenómeno se observó en los campos de concentración o de refugiados, donde se agrupaban individuos víctimas de grandes catástrofes y donde los intereses y los valores comúnmente aceptados en cuanto al comportamiento social no se sostuvieron durante mucho tiempo, frente a las demandas de las necesidades fisiológicas y a la enorme inseguridad existente.
Enfoquémonos entonces en el tema del significado cambiante que la situación de vivienda tiene para un individuo y por extensión para un grupo de personas. Lo primero que hay que destacar es que no importa cuál sea el número de necesidades de la que se parta, la vivienda cumple un papel importantísimo en su satisfacción. Una gran cantidad de estudios empíricos destacan este papel en relación con aspectos tan diferentes como la salud, el grupo de amistades, la privacidad, la cohesión familiar, la seguridad, las oportunidades económicas o el estatus social.
La Vivienda y las Necesidades Fisiológicas
Al establecer una correspondencia entre todos los roles que tiene la vivienda y la jerarquía de necesidades de Maslow; podría pensarse que la función más obvia radica en su papel en cuanto a la satisfacción de las necesidades fisiológicas, es decir al conjunto de motivadores que aseguran la existencia y la sobrevivencia del individuo.
Aquí la vivienda y su entorno cumplen el papel de un Refugio, o de un Territorio cuya connotación es muy similar al concepto de la territorialidad para los animales. Pero adicionalmente, la territorialidad se asocia con que la vivienda es también fundamental para obtener los niveles mínimos de privacidad que requiere el individuo para afrontar el estrés que diferentes factores biológicos y sociales producen en la vida diaria. Como los individuos con menos poder adquisitivo en una sociedad son también quiénes libran una batalla permanente para satisfacer las necesidades fisiológicas, con muy pocos recursos y sobre todo con una visión del futuro comprometida por el apremio de salir de esta situación, sus viviendas se convierten en un problema social de gran magnitud. Se trata de asentamientos ilegales, o al menos informarles, sin servicios públicos completos, que desencadenan problemáticas críticas en términos de salud pública y que generalmente están ubicadas en zonas residuales de las ciudades que pueden ser afectadas por fenómenos como: avalanchas, deslizamientos de tierra o inundaciones, o que en el mejor de los escenarios simplemente no son aptas para ser habitadas por su cercanía a grandes fuentes de contaminación o la proximidad a instalaciones de alto riesgo.
En la mayor parte de los casos estas viviendas primitivas y básicas evolucionan gracias al esfuerzo de sus habitantes y a la presión social sobre las autoridades para asegurar el suministro de los servicios públicos y la infraestructura urbana, dando lugar al fenómeno de la vivienda informal cuya magnitud es tal, que en las ciudades latinoamericanas corresponde a más del 50% del total de viviendas en las grandes ciudades, cifra que para unos constituye un problema mientras que para otros es parte de la solución. Pero cuando las condiciones de estos asentamientos son completamente inadecuadas en forma permanente, en razón a su densidad (hacinamiento), su ubicación o a las características de los suelos o de la topografía, este tipo de asentamientos se convierten en un problema social que, en ausencia de una acción estatal, solo se agudiza con el tiempo.
En otros casos, la manera de cubrir las necesidades fisiológicas a través de la vivienda se da mediante la modalidad del inquilinato, donde la gente en lugar de vivir en un ‘tugurio’, precario desde el punto de vista físico, legal y estructural, ubicado en zonas remotas y en ocasiones peligrosas; opta por vivir en arriendo, en condiciones de gran hacinamiento en espacios que hacen parte de viviendas obsoletas y altamente deterioradas, pero en ubicaciones centrales y consolidadas urbanísticamente; asumiendo que sus mayores costos son compensados parcialmente por los menores gastos asociados con los desplazamientos.
Refugio y territorio, lo más básico
La Vivienda y las Necesidades de Seguridad
A continuación, en la jerarquía de Maslow, se encuentran las necesidades de seguridad. Acá también la vivienda juega un papel fundamental pues representa para un individuo o grupo de individuos un lugar habitual y conocido, un espacio exclusivo, con el pleno derecho a usarlo y el privilegio de prohibir que otros lo usufructúen. La condición más importante de la vivienda, para que contribuya a la satisfacción de las Necesidades de Seguridad es sin lugar a duda, la legitimidad de su ocupación.
Dentro de esta categoría surgen también las motivaciones de seguridad económica cuya satisfacción exige la posibilidad de alcanzar ciertos niveles de ahorro e inversión que en algún momento puedan ser intercambiados para atender otras preocupaciones o necesidades más urgentes para la familia. Aquí la tenencia de una vivienda propia cumple un papel importantísimo; en primer lugar, por la valorización asociada con la finca raíz, debido a su condición de bien escaso; y en segundo lugar, porque en la mayoría de los casos este inmueble evoluciona e incrementa su valor con las mejoras que le hace el mismo propietario y también como producto del desarrollo urbano en el sector donde se ubica.
Adicionalmente, la vivienda representa una fuente potencial de ingresos al combinar el uso habitacional con usos comerciales, industriales, o de servicios; y mediante el arrendamiento de una parte del área a otras personas.
Y finalmente, dada la relación existente entre la satisfacción de las necesidades de seguridad y la conservación de un buen estado de salud, es en este punto donde comienzan a cobrar mayor importancia las condiciones de habitabilidad, sobre todo en términos de disponibilidad de los servicios públicos.
¿Parte del problema? o ¿Parte de la solución?
La Vivienda y las Necesidades de Pertenencia
Cuando un individuo o grupo de individuos, puede dar por hecho su capacidad para gratificar las necesidades fisiológicas y también (o por lo menos hasta cierto punto), puede dar por satisfechas las necesidades seguridad, por tratase de personas que tienen un empleo o una fuente estable de ingresos, que están afiliados a los sistemas de seguridad social, que han completado los niveles básicos de educación y tienen algún tipo de ahorros o de capital para invertir; sus decisiones y comportamiento estarán determinados primordialmente, por la búsqueda de lograr satisfacer las Necesidades de Pertenencia.
La vivienda, y en particular su ubicación, tienen una función especialmente crítica para los individuos cuyo grado de movilidad es bajo ya sea por razones económicas, factores familiares (como en el caso de las madres y las esposas) o por razones de restricciones físicas (como pueden ser los niños o las personas de la tercera edad). Para este grupo, la ubicación de la vivienda condiciona los esquemas de relaciones sociales de la familia y sus miembros, al tiempo que, por su carácter simbólico, su entorno urbano sirve como prueba de identidad con grupos sociales específicos.
La expresión más visible de este fenómeno se encuentra en aquellas ciudades donde existen grandes colonias de inmigrantes que han tratado de recrear el tipo de vida que tenían en sus países de origen. Es el caso de los China Town y Little Italy presentes en muchas ciudades americanas, los barrios de pakistaníes en la Gran Bretaña, las colonias africanas en muchas de las ciudades europeas, y también sucede con los grupos de los colombianos o latinos presentes en ciudades como Nueva York o Miami.
Jackson Heights, Nueva York. La vida en una “colonia”
Aún cuando en las urbes latinoamericanas no es tan evidente esa variedad racial y cultural, las decisiones a la hora de escoger una determinada vivienda están condicionados por factores como la clase social del barrio, su homogeneidad o la proximidad con la familia y los amigos. En este momento, la vivienda adquiere un nuevo significado; se trata del lugar donde se crían los hijos y se desarrolla la vida familiar, allí ocurren la mayor parte de los encuentros en los que se fundamentan las relaciones sociales del individuo y su familia. Comienza entonces el interés por sus atributos físicos: área construida, número de alcobas y baños, diseño, la distribución de los espacios que garantice niveles adecuados de privacidad y funcionalidad al interior del hogar; y también por las características del medio en que se ubica la misma: vías de acceso, zonas verdes y facilidades recreativas, cercanías al comercio, entre otras.
Finalmente, para este grupo la ubicación de la vivienda frente al ‘mundo’ al que cada uno pertenece cobra una mayor relevancia. Factores como cercanía a los lugares de trabajo y el de estudio, los lugares donde realizan las compras, el lugar donde viven los parientes y los amigos, entran a formar parte de las variables más importantes al momento de elegir una vivienda.
La Vivienda y las Necesidades de Estima
El incremento en el tamaño, la densidad y la heterogeneidad en las grandes ciudades, fomentan una sociedad individualista en la que los contactos entre las personas son cada vez más superficiales. Esto ocasiona que bienes como la vivienda, el vehículo y el vestuario sean muy importantes en la satisfacción de que lo que Maslow denomina como necesidades de estima.
Aspectos como el prestigio, la fama y el reconocimiento por el éxito de una persona están íntimamente relacionados con los atributos de sus viviendas. La estética, el diseño, el tamaño y la calidad en sus acabados son elementos que contribuyen a proyectar una imagen de éxito para quien la habita. Pero sobre todo la exclusividad y la ubicación de las viviendas son las condiciones que tienen mayor importancia como expresión del estatus social de una persona o familia, y por lo tanto son los elementos determinantes en las decisiones sobre vivienda para este grupo de individuos.
Ubicación y Exclusividad
La Vivienda y las Necesidades de Auto-Realización
Finalmente, en cuanto al papel que juega la vivienda en la satisfacción del último grupo de necesidades que describe Maslow a las que se refiere como necesidades de auto realización; es difícil encontrar patrones de correspondencia con aspectos específicos de la vivienda, ya estos varían significativamente entre los individuos, incluso dentro de los mismos grupos socioeconómicos.
Pero para quienes se interesan por las fascinantes relaciones entre la vivienda y la personalidad, se recomienda un libro de Clare Cooper Marcus titulado “ House as a Mirror of Self” que explora los significados más profundos que tiene la vivienda en la vida de las personas; y del cual hemos extraído un ejemplo que describe el proceso de construcción de la vivienda del famoso sicólogo Carl Jung quien describió su casa terminada después de más de 30 años de ampliaciones sucesivas como “ una especie de representación en piedra de mis pensamientos más íntimos”.
La Acumulación de Factores
Ahora bien, en este punto es importante anotar que las decisiones sobre vivienda se toman con base en una acumulación de factores. Es decir, aunque en un momento dado los elementos determinantes pueden estar asociados con la intención de satisfacer una necesidad básica especifica; los elementos que constituyen las necesidades prioritarias en la escala de Maslow continúan estando presentes, aún de forma subyacente, pues son condiciones que de alguna forma ya se dan por sentadas.
Es así como para alguien que está buscando cambiar de vivienda en razón, por ejemplo, a que ha adquirido nuevas posibilidades económicas asociadas con un cambio en su trabajo, los condicionantes de ubicación, diseño, imagen y exclusividad están mucho más presentes a la hora de tomar su decisión. Pero los aspectos como seguridad, legitimidad, funcionalidad y valorización de la inversión, aunque no sean el motivo principal por el cual la persona se está cambiando de vivienda, serán considerados como elementos básicos que se asume su nueva vivienda debe cumplir.
Con relación a todo lo anterior, y aunque la vivienda juega un papel fundamental en la satisfacción de múltiples necesidades, es evidente que en ningún caso es el único elemento relacionado con la plena satisfacción de tales necesidades. Es más, en algunos casos y como se verá más adelante, apenas si tendrá un rol marginal; por eso es importante analizar el impacto que puede tener la vivienda en la satisfacción de una necesidad específica y cuáles son los factores que condicionan la magnitud de dicho impacto.
Diferenciadores Culturales socioeconómicos y Demográficos
Como ya se mencionó, las necesidades básicas son innatas y transculturales, pero la forma de satisfacerlas varía sustancialmente de una cultura a otra. Como decía Ortega y Gasset “Yo soy Yo y mi circunstancia”. La necesidad de reconocimiento, por ejemplo, ha existido desde tiempos inmemoriales, pero la forma de lograrlo es diferente entre una cultura y otra. En algunas culturas el prestigio se lograba en el papel de un gran guerrero; en otras se alcanzaba siendo un sacerdote o un hechicero. En forma similar, la relación que existe entre la vivienda y algunas de las necesidades que contribuye a satisfacer varía también según los factores, las circunstancias y las coyunturas de cada sociedad.
Por ejemplo, en ciudades como Bogotá, donde la sensación de inseguridad en las calles es preponderante, la vivienda encarna el rol del famoso refrán: “El castillo del hombre es su vivienda”, lo cual explica la presencia generalizada de elementos como rejas, concertinas de seguridad, cables electrificados, celadurías, circuitos cerrados de televisión, así como la presencia de zonas verdes y espacios recreativos de uso privado y exclusivo de los conjuntos de vivienda. El valor de este tipo de conjuntos cerrados para sus habitantes se hizo evidente para los vecinos del Portal de las Américas durante los actos de vandalismo que se presentaron durante buena parte del año 2021 en ese sector de Bogotá, en donde gracias a las rejas y a la organización comunal propia de estas copropiedades lograron defender sus viviendas y su integridad personal.
Viviendo entre rejas
En cambio, la relación entre la vivienda y la seguridad en una pequeña ciudad europea es tenue, porque tanto las condiciones de seguridad, como la sensación que los ciudadanos tienen al respecto, hacen completamente innecesario el hecho de ‘encerrarse’ en recintos fuertemente custodiados. En estos casos los elementos antes mencionados no son contemplados en los desarrollos arquitectónicos y por el contrario sucede que las zonas destinadas al paisajismo y la recreación se convierten en espacios públicos, creadas para el disfrute de toda la población
Algo similar ocurre en la relación que existe entre la vivienda y la seguridad económica, pues si bien en muchas ciudades latinoamericanas la propiedad de una vivienda es la única forma que tienen la mayoría de familias para lograr hacerse a un pequeño capital, en el caso de grupos urbanos en otras geografías, cuyos ingresos les permiten disponer de excedentes monetarios importantes y cuyo nivel educativo y cultural les da acceso a los mercados financieros y bursátiles (acciones, bonos, CDTs, fondos de inversión, criptomonedas, etc.) o a otro tipo de inversiones; la propiedad de la vivienda puede no tener una gran importancia para estos fines.
Este concepto puede explicar, al menos parcialmente, la relativa ‘indiferencia’ que tienen los llamados ‘millenials’ en cuanto a la tenencia de una vivienda propia. Este grupo de personas se caracteriza por aplazar la formación de un hogar y por tanto disponen de periodos de tiempo bastante largos sin los compromisos financieros asociados con el mantenimiento de una familia y esto hace que desde muy jóvenes puedan invertir excedentes de liquidez en el sector financiero o en otro tipo de emprendimientos, lo que les permiten acumular un capital más rápido que mediante la compra de una vivienda.
Otro ejemplo que vale la pena reseñar, es el del papel que tiene la vivienda en la satisfacción de las Necesidades de Prestigio y Estima. En ciudades pequeñas o en los pueblos donde todo el mundo sabe ‘quién es quién’, estos diferenciadores se logran mediante la relación directa con los demás y mediante el ‘voz a voz’. Sobre estas bases se construye la imagen de un individuo y de su familia, lo cual hace innecesaria la ostentación del estatus mediante una propiedad. Pero en la medida en que las ciudades crecen y los contactos entre las personas se vuelven más superficiales y circunstanciales, la importancia de elementos materiales como el vestuario, los vehículos y las viviendas, cobran cada vez más mayor importancia como expresión del nivel de éxito una persona.
El fenómeno anterior es posible encontrarlo en la forma como ha evolucionado la arquitectura de los barrios de clase alta en Bogotá. La tradicional casa santafereña de La Candelaria, donde hasta finales del siglo IXX se asentaban los grupos de mayores ingresos de una ciudad que apenas era algo más que un pueblo, presentaba muy pocos elementos en sus fachadas que diferenciaran unas casas de otras. Era una arquitectura de ‘tono menor’, volcada hacia el interior de la vivienda, que se traducía en calles de gran homogeneidad volumétrica y estética, donde a veces, era difícil distinguir una casa de otra. Pero en la medida en que la ciudad fue creciendo, éstos mismos grupos sociales migraron hacia sectores y viviendas cuya arquitectura permitiera una mayor expresión de la importancia, el estatus, y el éxito de sus moradores, mediante la adopción de estilos arquitectónicos más célebres como el Inglés y el Español, presentes en barrios como Teusaquillo y La Merced, que expresaban con mayor libertad el nuevo estatus económico y el nivel social de las familias que los habitaban.
Migración intra-urbana, buscando un cambio de estatus
Respecto al rol que juega la vivienda en la vida de los diferentes grupos sociales urbanos, hay que anotar también que aun su papel en la satisfacción de las necesidades más básicas y en especial su importancia en la lucha contra la pobreza, comienzan a ser cuestionadas en la literatura académica reciente, donde aparece el concepto de “Pobreza inducida por la vivienda” como aquella situación en la que al restar del ingreso de una familia el gasto total asociado con la vivienda, el monto que queda es insuficiente para adquirir una canasta familiar básica.
Este fenómeno se observó en algunas partes de Colombia cuando se puso en marcha la política de “Vivienda sin Cuota Inicial”; muchas familias ilusionadas con la posibilidad de convertirse en propietarias sin ningún aporte propio adquirieron sus viviendas en proyectos construidos para impulsar esta política gubernamental, pero tuvieron grandes problemas para asumir las cuotas de amortización de los créditos hipotecarios que se habían incrementado notablemente al cubrir el 100% del valor de las viviendas, en lugar del 70% u 80% que era lo usual; y como consecuencia de lo anterior muchos tuvieron que entregar sus viviendas a los bancos o en ocasiones simplemente a abandonarlas.
Estas consideraciones traen a colación un nuevo elemento en este ensayo: “La Accesibilidad”; y es que, para que la vivienda realmente contribuya a satisfacer un grupo de necesidades específicas no puede comprometer recursos económicos en magnitudes tales que impidan la adecuada satisfacción de necesidades más básicas y apremiantes. Cuando Bogotá era una ciudad más pequeña y la clase media vivía en unos pocos barrios muy bien definidos, comenzaron a aparecer algunas familias y personas a las que se les llamaba “vergonzantes” quienes por diferentes razones habían visto muy disminuidos sus ingresos, pero se negaban a abandonar sus viviendas aun así no tuvieran para comprar el mercado. Estas situaciones ponen en evidencia el conflicto entre el rol de la vivienda frente a las necesidades de estima, y al mismo tiempo sus implicaciones en la imposibilidad de satisfacer necesidades más básicas y prioritarias. Sobre este tema de la asequibilidad nos detendremos en la segunda parte de este análisis.
Es evidente que existe una correlación entre las clases socioeconómicas y la posición de los grupos sociales urbanos en la escala de necesidades básicas de Maslow. En la medida en que la movilidad social, cultural y sobre todo económica, permite ir satisfaciendo las más básicas, en esa misma medida evoluciona el significado que tiene una propiedad para cada uno de estos grupos y así también van cambiando los factores determinantes en la elección de la misma.
Sin embargo, cuando se habla de vivienda y en especial de su localización, dicha correlación no solo está condicionada por variables económicas y culturales, sino que incorpora además, y en forma muy importante, factores de índole demográfico que explican ciertas tendencias de localización intraurbanas, como la preferencia de las zonas centrales para hogares atípicos o unipersonales, o la su urbanización de los hogares jóvenes con hijos pequeños, que son características generalizadas de muchísimas ciudades.
Los efectos de esta diferenciación por factores demográficos y de estatus socioeconómico son la base de algunos modelos de localización intraurbana, como el del Modelo de Hoyt, en el que los sectores corresponden a los estratos socioeconómicos, y la distancia al centro de la urbe está condicionada por factores principalmente demográficos.
Modelo de HOYT
Estos dos grupos de factores (demográficos y socioeconómicos) definen el nivel de movilidad o de apego a la localidad de los diferentes grupos urbanos y son condicionantes importantes en las decisiones de localización asociadas con la vivienda. Las personas mayores y los niños tienen niveles muy bajos de movilidad que exigen ubicaciones específicas dependiendo del nivel en que se encuentren en la escala de necesidades de Maslow; mientras que los de menores recursos también tienen restricciones muy grandes de movilidad en razón a los altos costos de transporte que consumen buena parte del presupuesto en sus hogares, lo cual, como se anotó anteriormente, los lleva a buscar también ubicaciones centrales, aún a costo de la cantidad o de la calidad del espacio que pudieran conseguir en otras zonas.
Conclusiones
Cómo conclusión general puede decirse que el significado que tiene la vivienda para un determinado grupo social urbano y que, como consecuencia, los factores más relevantes a la hora de tomar decisiones sobre este tema, dependen, como se muestra en la figura adjunta, de tres elementos principales:
A. Las características socioeconómicas y demográficas del grupo y en especial, su nivel de movilidad versus su apego a la localidad.
B. El estado motivacional del grupo en términos del tipo de Necesidad Básica (en la escala de Maslow) que en ese momento predomina como determinante del comportamiento general del grupo
C. El rol que tiene la vivienda en la satisfacción de la necesidad básica, lo que a su vez es una función de:
- La definición sociocultural de las formas de satisfacer una necesidad específica y la importancia que tiene la vivienda en este proceso.
- El acceso a otros mecanismos diferentes a la vivienda que pueden contribuir a satisfacer esta misma necesidad.
- Finalmente, hay que recordar que todas estas consideraciones se concentran en los aspectos motivacionales de la relación que tienen las personas con su vivienda, es decir, de los aspectos que explican el por qué un grupo social la elige según los criterios descritos anteriormente. Pero estas explicaciones, aún cuando asume que las personas al intentar satisfacer un cierto tipo de necesidades, siempre tienen en cuenta sus recursos y sus limitaciones, no es del todo completa, pues como en cualquier otra decisión, los resultados dependen no sólo de lo que cada individuo requiere en un momento dado; sino también en las opciones que se le presentan en ese mismo periodo.
En un ensayo posterior analizaremos el tema de la accesibilidad a la vivienda, es decir, los mecanismos económicos y políticos que definen las opciones que se le presentan a la gente y el tipo de recursos relevantes para el acceso a las diferentes opciones. Esto con la idea de poder tener una visión más completa de lo que es importante cuando se habla de vivienda.
Antes de terminar, queremos nuevamente invitar a todos aquellos que deseen profundizar o explorar estos temas, o cualquiera otro de interés para este Blog, para que se pongan en contacto con nosotros, entrando a la pestaña de: Quiénes Somos.
Autor: Ing. Javier Ramírez Restrepo.
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